Recalculando...

Que bronca es caer. Que bronca es creer una cosa y era otra. Pensé que podía seguir adelante, y solamente me repletaba de actividades para no pensarte. Pero no puedo dejar de pensarte. Me enojo porque no me saludas por mi cumpleaños, pero caigo que no es enojo, es dolor. Es angustia. Porque siempre espero un mensaje tuyo. De saber como estoy, de saber de mi vida. Y te extraño. Y no avanzo. 

Y sé que no queres que te hable, porque siempre que hablamos fue que yo hablé. Pero que nunca hayas empezado la charla, me cae la ficha que fuiste una persona correcta, pero querías este silencio. Y me carcome la cabeza. Porque quiero que estés acá. Necesito abrazos, necesito abrazarte. Necesito saber que no caí en el olvido.

Pero no puedo obligarte que me recuerdes, no puedo obligar a que me extrañes. No puedo obligar a que quieras estar conmigo.

Y no, no avanzo para ningún lado. Sigo dando vueltas con altibajos. Disfrutando las cosas que hago, sí. Pero esperando recibir un mensaje tuyo para avisarme que llegas y compartirlo con vos.

Pero la ambivalencia crece. Porque vaya que hice un esfuerzo sobrehumano para no hablarte en todo este tiempo. Pero vaya que el malestar crece porque me muero de ganas de tirar todo el esfuerzo a la mierda y hablarte.

Pero no puedo obligarte a que me hables. No puedo obligar a que quieras compartir nuestras vidas. No puedo obligarte a ser parte de tu presente. No puedo obligarte a luchar una vez más por lo que fue nuestro pasado.

Me muero de ganas por hablarte, y sigo esperando que alguna vez eso pase, porque aunque no puedo obligarte a que me hables, la verdad es que no puedo obligarme a olvidarte.

Comentarios