Navidad y mi regalo no llegó

Desde chicos no enseñan a creer en las mentiras, y desde chico queremos creer en las mentiras.

Nos enseñan que si somos buenos, cumplimos con nuestros deberes y tenemos esperanza, tendremos nuestro tan deseado regalo.

Y nos esforzamos por creer. Con el paso del tiempo, nos llegan comentarios de "no esperes milagros, papá noel no existe", pero nosotros no podemos creerlo del todo, porque lo "hemos visto", lo "hemos escuchado", incluso si tuvimos suerte algún año "hemos hablado con él".

Mi mamá me contó que yo cuando era chiquito, me esteré muy pronto que no existía papá noel, porque como estaba un año adelantado en el jardín, todos mis compañeros eran más grandes y ya se habían enterado un par. Entonces en casa, le pregunté:

- ¿Papá Noel existe?
- ¿Vos qué crees?
- Que no.
- Entonces no existe.
(y me quedé pensando...)
- ¿Pero San Nicolas sí existe, no?
- ¿Vos que crees?
- Que sí.
- Entonces sí existe.

Mi mamá nunca estuvo de acuerdo con eso de enseñar que existía un ser maravilloso, que luego te haría sentir mal cuando sepas que no. Pero jamás sería responsable de que crea o no en él. Al año siguiente ya no creía ni en Papá Noel, ni en San Nicolás, pero me quedaría callado, para no romperle la ilusión a mi hermana más chica.

Creo que por eso, despertó en mí ese deseo (bueno y malo) de saber la verdad, pero al mismo tiempo tener una nueva ilusión. Porque cuando Papá Noel había dejado de existir para mí, el deseo de creer y de tener esperanza le daba la oportunidad a alguien que era igual pero con "distinto nombre".

Hoy, muchos años después, vuelvo a sentirme ese niño que espera ese milagro que no va a ocurrir, pero a la vez se ilusiona con que ocurra. Es el viernes previo a la Navidad y espero como el día ideal para recibir aquel regalo tan deseado, que sé que no llegará.

Deseo que sea Papá  Noel, San Nicolás, el conejo de Pascua o la tormenta que está por caer la que te traiga, aunque sepa que no puedo esperarlo.

Tal vez, tenga que ver con que jamás imaginé una relación ideal, sino una relación que contra todo lo que daban los pronósticos, pudo. Siempre pensaré en relaciones como Ross y Rachel de Friends, Ted y Robin de How I Meet Your Mother o Michael y Donna de Click.

Tal vez, tenga que ver con que cuando alguien es el amor de tu vida, tu hilo rojo, tu alma gemela, esperas seguir toda la vida con esa persona en tu vida, aunque no sea como pareja. Tal vez como amigos, tal vez como conocidos que se hablan y se cuentan todo, tal vez como personas que aunque no puedan tener una relación juntas, se tienen uno al otro.

Pero mi regalo no llegó. Y mi regalo no llegará. Y hoy veré la tormenta que no te trajo, y en unos días llegará la Navidad que jamás quise que llegue. Porque dejaré de creer en Papá Noel, y dejaré de creer en los milagros, y se terminará la esperanza de cambiarle el nombre al señor maravilloso e imaginario que nos trae regalos.

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