Capítulo 7: Te amo

Al poco tiempo de empezar la relación oficial, tuvimos una gran pelea. No esperaba un obstáculo tan grande, en tan corto tiempo. Pero siempre se manejó la verdad, y estaban todas las cartas puestas en la mesa, para tomar la decisión de seguir o separarnos.

Así que con el primer miedo en mi cabeza (Motivo 8), seguimos la relación. No iba a terminar así tan fácil, después de todo lo que había luchado.

Para ese entonces la realidad es que también ya te amaba, y no podía seguir ocultándolo. Los dos meses siguientes a esa pelea, tuvieron sus altibajos, pero seguimos firmes al pie del cañón.

Me daba miedo sabiendo como había empezado todo, que estemos a destiempo, y mientras yo te amaba, vos solamente estabas cómodo sin querer nada importante, porque te habías separado hace unos meses.

Llegó el Día de los Enamorados, y para llevar la contra como siempre, estábamos peleados. Habíamos discutido, por algo tan sin sentido, como por decidir que íbamos a hacer ese día.

Considero que jamás hubo un verdadero motivo para pelear a lo largo de todos estos años, pero simplemente no nos tenía cómodos llevarnos bien, y sacábamos una pelea terrible por algo que había empezado de la nada misma. A ambos, nos resultaba raro estar bien, por primera vez en nuestras vidas, y las marcas del pasado, siempre motivaron de manera inconsciente, a original pelear, por miedo a ser felices (Motivo 9).

Te apareciste ese día con el regalo que me habías comprado, yo te dí el tuyo, y así como llegaste, hablamos (sin hablar) durante diez minutos y te fuiste. Me quedé mirando como te ibas y cerré la puerta.

Pero no podía quedarme así como si nada, viendo como se iba la persona que amaba, en el día de los enamorados. Así que salí corriendo a buscarte a la parada del colectivo y te ví aún esperando. Te sorprendiste de verme, y sé que en el fondo te alegraste, pero solo podía ver tu sorpresa. Por mi parte me alegraba saber que aún no te habías ido, pero solo podías ver mi fatiga de haber corrido.
Hablamos un largo rato, el colectivo pasó y aún así te quedaste. Así que viniste conmigo. Volvimos a la casa, y empezamos a celebrar (al fin) nuestro primer día de los enamorados.

Volvimos a recuperar esa felicidad en la mirada de ambos, estábamos juntos, celebrando nuestro día. Pero aún, me sentía incompleto, porque te amaba, pero mi miedo a que no sea correspondido, me impidió a decírtelo durante todo este tiempo. Sin embargo, ya no podía seguir ocultándolo y aunque no fuese recíproco, no podía dejar de amarte. Así que junté todas mis fuerzas y lo dije:

- Feliz día. Te amo.
- Feliz día, yo también te amo.

Y con haber escuchado solo seis palabras, me sentí completo y feliz por primera vez en mi vida.

Comentarios