Capítulo 6: Arriesgarse el todo por el todo

Muchísimas veces son las que me he enamorado. Creo que son incontables. Pero ese enamoramiento era efímero y duraba solo el período de tres meses (o menos)

Pero entre tantas veces que me he enamorado, solo una vez en mi vida amé. Amé cuando no tenía motivos para amar. Amé antes de empezar algo. Amé y esperé coordinar tiempos, hasta que no quería esperar más.

Casi dos años antes, de conocer el verdadero amor, ya lo conocía a él. Ya me llamaba la atención. Ya sabía que era mi hilo rojo. A lo largo de esos dos años, hablamos mucho a veces, poco otras, y nada cada tanto. Pero lo veía en cualquier lugar y yo simplemente sonreía como tonto, sin saber el motivo por el cual me atraía tanto. Recién al año, nos besamos en un boliche por primera vez, y fue un beso soñado. Sentí escalofríos dignos de un sueño mágico. Pero seguimos alternando relaciones y sin poder relacionarnos nosotros.

Ese mismo cumpleaños en el cual mi amiga Belén me tiró terrible bomba, él no me saludó.

Lo hizo recién al día siguiente. Y creo una vez más que el destino hizo que me escribiese un día después, porque en primer lugar no hubiese tenido tiempo, agradeciendo saludos para hablar mucho con él. Y en segundo lugar, porque esa charla que comenzó como un "saludo atrasado" se convirtió en horas de charla y descubrir al otro mutuamente.

La vida nos encontraba de nuevo medio complicados, pero las cosas tenían que depender de nosotros para ser solucionadas.

Así como lo expliqué antes, nunca coordinamos estar ambos solteros, así que cada vez que uno quería estar con el otro, el otro estaba "ocupado".

Y como no fue la excepción, esta vez el ocupado era él. Planteó su situación desde un comienzo y jamás lastimó a nadie. No engañó a su novio conmigo, y siempre me planteó a mí la verdad de su vida.

Pero yo acepté esa situación, y acepté la situación, acepté arriesgarme el todo por el todo. No podía esperar otro momento para estar juntos, porque sé que estábamos destinados a estarlo.

Igualmente, no creo mucho en el destino. Tengo una mentalidad de causalidad. Casa y efecto. Toda acción tiene una consecuencia. Y esta vez yo sabía que consecuencia esperaba, así que sabía que acciones debía tomar.

Fueron meses muy difíciles. Me convertí en su compañero de semana, era feliz compartiendo una charla, y entendía que no habría más nada, pero igual era feliz. Después de todo ¿Cuantas veces podes estar seguro en la vida, que esa persona, con la cual aún no tuviste nada, es el amor de tu vida? (Motivo 6).

Reconozco que mi primera mentira fue cuando le dije "cuando supe que me había enamorado de él". Le dije que había sido luego de nuestra primera gran pelea. Pero eso no es cierto. Supe que me había enamorado de él, cuando luego de saber que no iba a ser padre, al único que quise ver, era a él (Motivo 7).

Esa noche, fue de las que menos habló. Pero dijo las palabras precisas y me escucho con todo el cariño que necesitaba de alguien. Me dí cuenta que me había enamorado, y aún no podía. Porque seguía de novio, y yo seguía siendo su compañero de semana.

Luego de tres meses, llegó mi primer momento de felicidad plena con él. Se había separado definitivamente. Y todo por lo que había esperado y luchado, daban sus frutos. Hace tiempo que solo tenía ojos para él, pero ahora podía sentirlo sin culpa.

Siempre fue mi persona ideal, y por primera vez en mi vida, mi persona ideal y mi persona real, eran la misma persona.

Han pasado poco más de tres años de aquel momento, y la historia es muy diferente a aquel comienzo. Más adelante la relación cambiará una y mil veces. Pero aún así, sigue siendo mi hombre perfecto.

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