Capítulo 17: Hoy

Hoy ha pasado ya tiempo; mucho más del que pensaba, mucho menos del que mi mente cree. Pero ha pasado tiempo.

He tenido que seguir mi vida sin él. Él ha seguido su vida sin mí.

Tengo la mirada triste, pero la lucho día a día. Lo extraño como el primer día, lo amo como siempre.

He bajado siete kilos. Siete kilos que subí estos tres años y jamás pude bajar, pero que no me disgustaban. Porque eran kilos de enamorado. Esos kilos que uno aumenta cuando está en una pareja estable, por más inestable que hayamos sido.

Voy todos los días a trabajar por inercia, también estudio por inercia. Me va bien, pero no lo puedo compartir, así que solo son unas notas buenas.

Lo recuerdo todo el tiempo. Miro nuestras fotos juntos y sonrío. Veo nuestras miradas con amor verdadero. Parecen fotos de décadas atrás, me miro al espejo y la mirada no la reconozco.

Le mando luz, fuerza y felicidad todos los días. Pienso en que sea feliz en su trabajo y pido que le vaya bien en todas sus materias. Será el arquitecto más inteligente del mundo, y el más lindo también.

Hoy voy a terapia con ganas, me desintoxico poco a poco de todo lo que cargaba en mi vida. Trato de ser día a día mejor persona, como él alguna vez me dijo y yo intentaba.

Hace unos días, me lo crucé cuando menos lo pensaba. Se me estrujó el corazón pero seguí. Debo cumplir mi promesa y alejarme para dejarlo seguir.

Hace un mes arreglé la bicicleta y suelo andar hasta el parque que íbamos cuando convivíamos y llevábamos a la perra, para hablarle. No de lo que pasó, no de lo que fue o no; sino de lo que soy hoy. Trato de pasar este duelo de la mejor forma, y elijo ese lugar para hablarle al recuerdo.

Paso horas tomando mate, hablándole sin saber que le hablo, voy llorando de a poco y vuelvo a casa.

Siempre estaré agradecido de haberlo conocido, porque conocí el verdadero amor. Conocí que no existen limites para amar. Comprendí que se puede soñar de a dos.

Lo sigo amando como el primer día, y lo amaré toda la vida. Lo esperaré por siempre, y le deseo felicidad plena.

Considero que no hubo su verdad o mi verdad, sino que hubo dos verdades, pero jamás pudimos escuchar y comprender la verdad del otro.

Sigo sosteniendo que siempre se puede un poco más, pero lo liberé para que pueda con su vida un poco más.

Confío en que siempre se puede volver a intentar, sobretodo si jamás nos conocimos realmente y podemos conocernos y enamorarnos con las verdades.

Lo suelto sin soltar. Lo sigo eligiendo para compartir nuestros días, y por tanto amor que tengo es que entiendo que no puedo pedirle que vuelva.

Entiendo también que hoy le debo silencio, no saber de mí; porque cuando quería saberlo yo usé mal ese silencio.

Justo diez minutos antes de cruzarte, escuché la siguiente letra:

Ya nada te importa, ya nada es igual
Llevo cuatro meses sin poder cantar,
Y es que aunque no llame yo si quiero verte,
No he podido yo sacarte de mi mente
Y aun no quiero perderte
Oh wow
Mientras me castigo con la soledad,
Juegas a vestirte de felicidad,
Y aunque a tus amigas no les digas nada,
Hoy también se ve en tu mirada aunque sigas callada.
Oh wow
Haré lo necesario para olvidarte,
Aunque me toque cambiar y no se
Nunca más lo que fui ya no me importa igual no volverá,
Haré lo necesario para no pensarte
La vida pasa y tu igual y aunque voy a llorar,
Poco a poco entenderé que nunca volverás
Poco a poco entenderé que nunca volverás.
Pido llorando al cielo un poco de razón
Pido que vuelvas con mi corazón
Entiende si te ofendo que no es mi intención es que
Lo que duele es que te hallas ido
Mas que no tenerte me duele tu olvido
Que sepas que te quiero y es lo único que pido 
Haré lo necesario para olvidarte,
Aunque me toque cambiar y no se
Nunca mas lo que fui ya no me importa igual no volverá,
Haré lo necesario para no pensarte
La vida pasa y tu igual y aunque voy a llorar,
Poco a poco entenderé que nunca volverás
Poco a poco entenderé que nunca volverás. 
Se que es tarde y perdón por la hora
No se si escribirte o si te llamo se que no estas sola
Te confieso que ni el ego me dejo cantarte
Ni el tiempo olvidarte 
No es que no te quiera es que ni pude hablarte
Guardo en mi cabeza lo bueno ya me olvide de lo malo
Y aprendí que la tristeza me hace mejor ser humano
Ahora soy un hombre nuevo
Y soy mejor y aunque me prometa olvidarte
Por ti aprendí lo que es amor 
Girasoles, once meses, mis canciones, tus mirada
Yo se que también te acuerda y no es malo eres humana
No te escribo para nada diferente a recordarte.
Y a pesar de los seis meses sin hablar y no mirarte 
Yo te quiero y no para volver,
Te quiero por que parte tuya me a enseñado
Que es amar y que es crecer,
Ya no siento mas y con la mano en el corazón
Se que hoy te vas y 
Poco a poco entenderé que nunca volverá
Poco a poco entenderé que nunca volverá
Poco a poco entenderé que nunca volverá
Oh wow oh wow
Poco a poco entenderé que nunca volverá

Y comparto muchísimas cosas del tema. Realmente te amo, y más allá de como el hombre de mi vida, te amo como la persona que sos, la que me enseñó a amar. La que me enseñó a crecer. Y sí, crecí tarde para que lo veas, y también sé que no volverás. Y me duele en el alma eso, porque te podría demostrar en cuerpo y alma cuanto significas para mí. Pero por otro lado entiendo, que demostrártelo es dejarte ir y que seas feliz sin mí, aunque yo no sea feliz sin ti.

Siempre esperaré que vuelvas, pero no te pido que lo hagas. Siempre esperaré que sepas cuanto te amo, pero no te pido que me ames. Siempre te desearé que consigas la verdadera felicidad, aunque yo no sea parte de ella.

¿Final feliz? No, esto no es un final feliz. O tal vez, sí. Es un final que te mereces para ser feliz. Mientras tanto, te seguiré cuidando sin poderte cuidar, alegrándome por tu felicidad sin poder compartirla. Y agradeciéndote por haberme enseñado a ser feliz, aunque lo haya arruinado.

Ya no guardo nada tóxico que pueda hacer molestarme con vos. Recuerdo que siempre estaré a tu lado sin estarlo y siempre estarás a mi lado en mis sueños.

Pasaré toda la vida esperando que vuelvas, pero mientras tanto te amo en silencio y entendiendo que no lo hagas.

Gracias por haberme hecho tan feliz. Gracias por haberte conocido. Gracias por haber sido parte de mi vida. Gracias por haberme dejado ser parte de la tuya.

Hoy sigo luchando. Y te seguiré hablando toda la vida, porque como duelo que es, nunca perdemos a aquellas personas que siempre las recordamos en nuestro corazón. Y eso sos vos, mi corazón.

Gracias, adiós y hasta siempre.

Te amo, Martín Alejandro Friguini.






FIN

Comentarios