¿Por qué dejé de escribir?

Estaba recostado viendo la tele, y me vino a la mente el por qué había dejado de escribir.

Habían pasado cinco años desde que dejé de hacer posteo alguno, pero la realidad es que hace tres años tenía un posteo guardado en un borrador (que recién borré hace dos semanas, y el tema casi adolescente del posteo ya no tiene importancia). ¿Por qué ese posteo nunca fue publicado? Nunca lo supe hasta hoy.

Hace casi tres años, habías aparecido en mi vida, y una tarde de invierno, me sacudiste a cabeza, diciéndome que habías leído lo que había escrito determinado día y habías entendido la verdad de ese posteo. Descolocaste todos mis esquemas, y por eso jamás publiqué aquel borrador. Ese día entendí que no tenía la necesidad de escribir porque tenía a mi lado quien me escuchara realmente, a quien podría contarle lo que fuese y estaría para mí. En realidad ese día lo supo mi inconsciente. Mi consciente no lo supo hasta hoy.

Pero desgraciadamente lo entendí hoy. Lo entendí tarde, y por eso volví a escribir. Porque teniendo quien me escuchara, dejé de hablar. Y hoy ya no teniéndote, vuelvo a escribir.

Todo esto pasó, hace solo veinte minutos. Hace solo veinte minutos, acabo de tener una de las respuestas de la vida, y no tengo con quien compartirla, por eso vuelvo a escribir.

Hoy entiendo que me lastimé por callarme con quien jamás debería haberme callado. Hoy entiendo que te lastimé por callarme, cuando solo querías escucharme por siempre.

Me disculpo y te agradezco. Y aunque sea tarde para el cambio, hoy es el primer día de mi vida en el que aprendo a decir las cosas a tiempo.

Te agradezco y solo te agradezco. Gracias por haber sido capaz la única persona en el mundo que alguna vez me escuchó. Me disculpo y solo me disculpo. Te pido perdón por no haber sido capaz de saber hablar a tiempo a la única persona en el mundo a la cual jamás debería haberle negado mi voz.

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