Perdí el juego

No quería bloquearte, porque no tuve, tengo, ni tendré nada que ocultarte. No tengo nada que no puedas ver, sin ver a la misma persona con la que estabas. Pero caí, perdí el juego y te bloqueé.

Te bloqueé porque el no bloquearte era esperar que solo vieras que te seguía esperando. No bloquearte era mostrarte que acá estaba yo, en el mismo lugar de siempre para que no pierdas el camino de vuelta. No bloquearte era para que sepas que si me desbloqueabas, yo estaba esperando tu mensaje.

Pero perdí el juego. Te bloqueé porque esperar tantas cosas que no van a llegar hacen mal solo a un lado.

Incluso es mejor que no aparezcas. No mejor por mí, sino mejor por vos. Porque tengo revolucionados los sentimientos más que antes. Paso de la risa (sin alegría) y la incredulidad, al odio, llanto y tristeza.

Pero de a poco tengo convicciones. De a poco voy a armando el rompecabezas. Y me quedo con el hecho que al final yo sí tuve la fuerza de decir todo y no callarme nada. Vos en cambio, te quedaras con la decisión tomada, pero jamás con haber dicho toda la verdad.

Tu mente modificará todo y seguirá adelante como si nada, pero ambos sabemos que los verdaderos motivos, no los dijiste jamás. Reconocerlos, implicarían hacerte más mundano y jamás permitirías que eso, esté relacionado con tu vida.

Tomaste la excusa perfecta, y la modificaste para cambiar tu vida. Perdí el juego y vos lo ganaste, pero no voy a permitir perder mi vida.

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