El valor de las palabras

Una palabra puede ser más potente que una lluvia de misiles, porque una palabra dicha (o no dicha), gritada o susurrada, puede desatar una revolución.

Uno no se da cuenta de todo lo que tiene para decir, hasta que empieza a decirlo. Las palabras están ahí, atrapadas en tu cabeza, quieren salir, quieren ser dichas, quieren ser gritadas.

Cuando alguien me discute, puedo darle la razón. Cuando siento miedo, me burlo de quien puede tener más miedo que yo. Cuando quiero gritarle a alguien porque estoy furioso, elijo callarme y decir "no pasa nada". Cuando estoy triste, puedo simular un chiste y hacer que estoy feliz. Para eso sirven las palabras, para ocultar lo que sentís.

Uno cree que las palabras dan respuestas. Pero dan algo más poderoso. Preguntas.

Decir algo es muy potente. Pero más potente aún, es no decirlo. Porque el silencio también tiene palabras, pero son palabras guardadas, elegidas, que esperan pacientes el momento de ser reveladas.

A veces, solo hace falta que se abra la boca, para que se desate un huracán.

Pero las palabras cuando llegan, te despiertan.

Las palabras pueden distraer, engañar. Las palabras son pensamientos que se convierten en acción. Actuar, es mi palabra favorita. Porque no se dice, se hace.

Las palabras están ahí. Vírgenes, listas para ser usadas. Las palabras provocan, inquietan, movilizan.

¿De quién son las palabras que decimos? ¿A quién pertenecen? ¿A uno? ¿A varios? ¿O a todos? ¿De que sirven las palabras, si uno las dice y nadie del otro lado las recibe? ¿Qué valor tiene una palabra si nadie la escucha?

Sin palabras, no hay silencios. Y sin silencios, no hay palabras. Muchas veces no sabemos por qué callamos, y muchas veces más, no sabemos por qué hablamos.

Estamos en silencio, guardándonos las palabras, hasta que algo o alguien nos hace hablar.

Es que, hay tantas palabras... y sin embargo, muchas veces nos quedamos mudos, sin saber que palabra usar.

Dicen que "una imagen vale mas que mil palabras", pero cuando una palabra tiene valor puede contener mil imágenes.

La palabra vale. ¿Acaso hay una expresión más hermosa, llena de sentido y amor que "Te doy mi palabra"? Te doy mi palabra es un acto de entrega, de amor, de confianza. Es más que una expresión de deseo. Es un compromiso de vida. Es un acto de fe. Porque cuando todo perdió valor, la palabra puede rescatarnos. Hay que creer y confiar, en el valor de las palabras.

Te doy mi palabra que nos volveremos a ver. Te doy mi palabra que siempre voy a estar. Te doy mi palabra que siempre te amaré. Te doy mi palabra que mis palabras valen. Te doy mi palabra.

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