Han pasado cinco días que no sé nada de ti. Parecen meses, y tan solo son cinco días. Hemos tenido discusiones que han durado más días sin hablarnos, pero esta vez es diferente. No son cinco días de una pelea. Son cinco días de un fin.
Pero mentiría si dijera que no sé nada de ti. Sé que no querés saber más nada de mí. Sé también que aunque te siga esperando, no vas a volver.
Sé además, que no tenes intención alguna de que forme parte de tu vida, solo querés hacer tu vida sabiendo lo menos posible de mí.
Sé por otra parte, que tu frase "la vida nos va a volver a cruzar" solo fue eso... una frase. Porque la vida nos cruzó muchos años y ya no nos cruza más.
En cinco días, pasaron años de sentimientos, queriendo acelerar el duelo, el cual nunca va a terminar. En cinco días aprendí que te amo para siempre, aunque siempre ya no es compartido.
Sé que ya no me amas, porque sino aún mandarías un mensaje tratando de entender todo esto, y aunque ninguno de los dos sabríamos de volver o no, no perderíamos el contacto porque ambos volveríamos.
En cinco días se puede saber un montón de cosas, aunque no se sepa nada.
En cinco días me pregunto si aún piensas en mí, si algún día quisieras cruzarte, si esta tortura podría ser solo una pausa de tanto amor que lucha. En cinco días trato de suponer que aun estás esperándome, como yo aún te espero, todos los días.
Pero mentiría si dijera que no sé nada de ti. Sé que no querés saber más nada de mí. Sé también que aunque te siga esperando, no vas a volver.
Sé además, que no tenes intención alguna de que forme parte de tu vida, solo querés hacer tu vida sabiendo lo menos posible de mí.
Sé por otra parte, que tu frase "la vida nos va a volver a cruzar" solo fue eso... una frase. Porque la vida nos cruzó muchos años y ya no nos cruza más.
En cinco días, pasaron años de sentimientos, queriendo acelerar el duelo, el cual nunca va a terminar. En cinco días aprendí que te amo para siempre, aunque siempre ya no es compartido.
Sé que ya no me amas, porque sino aún mandarías un mensaje tratando de entender todo esto, y aunque ninguno de los dos sabríamos de volver o no, no perderíamos el contacto porque ambos volveríamos.
En cinco días se puede saber un montón de cosas, aunque no se sepa nada.
En cinco días me pregunto si aún piensas en mí, si algún día quisieras cruzarte, si esta tortura podría ser solo una pausa de tanto amor que lucha. En cinco días trato de suponer que aun estás esperándome, como yo aún te espero, todos los días.
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