Angel para un final

Y viniste.

Llegó el día que hablamos. Parecías un ángel, pero no tenías cara de bienvenida, sino de despedida. Sabía que era la última vez que te iba a ver, y me estaba muriendo por dentro.
Hablamos. Hubo momentos lindos, y momentos incómodos. Hubo silencios que parecían eternos y demasiados cortos a la vez. En cada silencio, pensaba que se me estaban acabando las excusas para que no te vayas. Cada minuto, era un minuto menos para compartir con vos.

Ya no había más charla, y ambos estiramos los silencios, para estar "un ratito más", pero la decisión estaba tomada. Todo lo que hablamos fue válido, solo que era tarde.

Me mordí el labio por gritarte cuando te fuiste, me largué a llorar, como sabía iba a pasar, y evité hacerlo estando juntos. Necesitaba eso. No quería eso, pero lo necesitaba.

Anoche se fue una parte de mí, y no va a volver jamás. Pero no me duele sentirme incompleto, se fue con alguien que puede cuidar esa parte, aunque quisiera que me cuide completo.

Te fuiste y me quedé dos horas más en el balcón por si emprendías la vuelta. Sabía que no lo ibas a hacer y agradezco que no lo hayas hecho, pero quería que lo hicieras.

Sigo queriendo verte, pero necesitaba verte ir. Despedirte y verte alejarte, porque hasta último momento no quería que te fueras y no podría tomar la decisión de alejarme en ese momento.

Este ángel me anunció la despedida. Este ángel me anunció el final. Admiro la fuerza que tuviste para mantenerlo hasta ese momento fatal.

Para mí no te fuiste, y no sé si te irás en algún momento. Pero entiendo tu despedida, y este final estaría marcado como nuestro.


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