Mi silencio, tu silencio

Mi silencio siempre fue motivo de desastre. Fue motivo de peleas, de discusiones, de charlas sin puntos en común, de "sos un cobarde que no dice las cosas". Fue también motivo de cansar el tiempo, de cansar la pareja y terminar todo esto.

Tu silencio siempre fue motivo de lucha. Que te busque por todos los medios. De entender que no querés hablar y respetarte eso.

Mi silencio tenía que durar muy poco, porque sino era un problema. Tu silencio puede durar toda la vida y está perfecto.

Me pregunto si ambos teníamos derecho a nuestros silencios, o solo valían los tuyos, y los míos eran solo una perdida de tiempo.

Mi silencio buscaba evitar problemas, pero creaba nuevos. Tu silencio deja todos los problemas como están porque no importan resolverlos.

Tu silencio me hace esperarte a las dos de la tarde, nueve de la noche o cinco de la mañana. Mi silencio es el que no hace movilizarte para romper con todo esto.

Tu silencio es el que me hace mirar de reojo la ventana, revisar el celular, estar atento al timbre, en cualquier momento. Mi silencio es motivo de enojo, excusa perfecta, y tu silencio.

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